miércoles, 25 de febrero de 2009

SEGURIDAD EN LOS ÚTILES ESCOLARES





  • La población debe exigir la procedencia de los productos y la respectiva declaración de no toxicidad para seguridad de los estudiantes.


La compra de artículos escolares alcanza su mayor demanda durante estas semanas, por lo que una acción informada de los padres o apoderados sobre los productos que adquieren es fundamental para evitar accidentes e intoxicaciones. En este contexto, el Ministro de Salud, Álvaro Erazo, realizó una exhaustiva fiscalización de útiles escolares para verificar el cumplimiento del DS 374/97 del Minsal, que estipula la cantidad máxima de plomo admisible en éstos artículos.


Plasticinas, témperas y pegamentos son productos que pueden contener plomo, existiendo en el mercado una gran variedad de marcas, de procedencia muchas veces desconocida, que no entregan seguridad suficiente para su uso, ya que no informan en el rotulado las características del producto, como tampoco el fabricante o distribuidor que se hace responsable de él. Éstos últimos se exponen a multas que van desde 0,1 a 1000 UTM.


El Ministro Erazo, acompañado por los equipos de fiscalización de la Seremi de Salud Metropolitana, verificó en terreno la eventual presencia de sustancias peligrosas en útiles escolares, recorriendo diversos puntos de venta. En la oportunidad, hizo un llamado a la población a exigir la procedencia de los productos y la respectiva declaración de no toxicidad, puesto que el plomo y sus compuestos son reconocidamente tóxicos y algunas de sus formas químicas están consideradas como agentes cancerígenos para el hombre.


Destacó que todas las Seremi de Salud realizan estas fiscalizaciones, pues el objetivo es evitar los efectos nocivos que produce la exposición al plomo a temprana edad. Ello puede causar diversas alteraciones durante la edad adulta, sin que se produzcan necesariamente efectos agudos previos, debido al comportamiento acumulativo de esta sustancia.


Diversos estudios han comprobado que cierto tipo de pinturas utilizadas en el país contienen altas concentraciones de plomo, lo que implica un riesgo importante para la salud de la población, especialmente para lactantes y niños. Su uso más frecuente es como tinte, es decir, para conceder color a témperas, acuarelas, plasticinas, lápices de cera y otros. Dependiendo de la cantidad y tiempo de exposición, el plomo genera efectos tóxicos agudos o crónicos en el cuerpo humano. En los niños, su principal efecto es el retardo intelectual. También está asociado a anemias, hipertensión arterial, estreñimiento, parálisis de muñecas y tobillos, comportamiento agresivo, entre otros.

Por Rita Rivera Miranda. Periodista DEM