miércoles, 22 de abril de 2009

LICEO FELIÚ CRUZ COLABORA CON FUNDACIÓN GANTZ


  • El establecimiento recibió seis cajas que estarán repartidas en diversas dependencias para colaborar con los niños fisurados.

Una charla de cómo podemos colaborar en el reciclaje de papel en nuestro Liceo Polivalente “Guillermo Feliú Cruz”, realizó la encargada de Difusión y Comunicaciones de la Fundación Gantz, Natalia Díaz, y el profesor de Educación Básica con mención en Medio Ambiente del Departamento de Educación Municipal (DEM), Christián González, hace algunos días para contribuir con esta entidad que se preocupa de los niños que han nacido con labio leporino y a su vez cooperar con el medio ambiente.


La idea es juntar todo tipo de papel blanco usado, el que luego será retirado por Recupac, empresa especializada en la recuperación de papeles y cartones convirtiendo estos en materia prima para la fabricación de papel.
Christián González explicó que el reciclaje no sólo contribuye a ser solidarios, sino que además colaboramos al cuidado del medio ambiente. Agregó que el reciclaje es la tercera y última medida en el objetivo de la disminución de residuos; el primero es la reducción del consumo y el segundo, es la reutilización de artículos.


Por su parte, Natalia Díaz, dijo que el compromiso es con todos los niños con fisuras del labio y/o del paladar, sin importar su condición económica, social o zona geográfica, de tal manera que reciban orientación y tratamiento oportuno e integral.

Fundación Gantz, es una institución chilena privada sin fines de lucro, que atiende a niños de escasos recursos portadores de fisuras faciales. Debe su nombre al Doctor Alfredo Gantz Mann, pionero en el tratamiento de las fisuras labio palatinas.

Cuenta con un equipo de profesionales altamente capacitados, que desde 1985 ha atendido más de 6.500 pacientes con 150.000 atenciones de policlínico y desde el 2002 ha realizado más de 1.500 intervenciones en su propio Hospital.

Un tratamiento oportuno por un equipo calificado, permite una rehabilitación integral con excelentes resultados.
El Hospital del Niño Fisurado se encuentra ubicado en El Lazo 8545, en la comuna de Pudahuel, su teléfono es 643 8512- 645 1315 y el e-mail:

fundación@gantz.cl

LA HISTORIA DE SEBASTIÁN MUNITA:

Sebastián, el niño de la fotografía, ingresó a la fundación cuando tenía 15 días de vida, proviene de una familia de extrema pobreza; ellos viven en condiciones muy modestas (una pieza con calefacción de carbón). Sus padres son recolectores de cartones y botellas, lo que significa que deben levantarse muy temprano para recorrer las calles de Santiago, llevando con ellos a su bebé. Esto, junto al humo al que está expuesto dentro de su hogar, determinó que presentará repetidamente enfermedades respiratorias, en sus primeros meses de vida, por lo que sus cirugías debieron postergarse en más de una ocasión.


Finalmente Sebastián fue operado a los 5 meses de vida y luego al año y cuatro meses. A pesar de las carencias materiales que presenta su familia, su madre ha hecho un significativo esfuerzo para sacarlo adelante y cumplir adecuadamente con el tratamiento que su hijo necesita.

  • Por Rita Rivera Miranda, Periodista DEM.







martes, 21 de abril de 2009

EX ALUMNA DE LICEO FELIÚ CRUZ SE LUCE EN LA USACH



"Ustedes podrían estar jugando, pero están aquí estudiando", les dice bien serio el profesor de matemáticas Caupolicán Catrileo a sus alumnos un martes a las 19:00 hrs., mientras resuelve las últimas dudas antes del control del día siguiente.
Entre sus estudiantes están Diego Flores, Pablo Bugueño y María Soledad Gallardo, tres de los 47 jóvenes que el año pasado entraron a la carrera de Bachillerato gracias a un programa especial de la Universidad de Santiago (Usach) para incorporar a la Educación Superior a jóvenes con excelencia académica de liceos prioritarios de Lo Prado, Pudahuel, Estación Central y Cerro Navia.
"Hace dos años, a lo más pensaba sacar mi título técnico, trabajar un tiempo y de ahí preparar la PSU", confiesa María Soledad, que era de las mejores alumnas de su liceo, el Guillermo Feliú Cruz, de Estación Central.
Por sus buenas notas, pudo entrar a Bachillerato sin importar su puntaje en la PSU y sin pagar ni un peso. Eso sí, tuvo que pasar por un intenso programa de nivelación.
María Soledad y sus compañeros se agarraron con fuerza a esta oportunidad y ya en su segundo año de carrera demostraron que se la pueden."De los 47 cupos que les dimos, 36 finalizaron el año, lo que muestra una tasa de retención de 75%, muy alta para cualquier primer año universitario.
Además, ocho niños aprobaron todos los ramos, lo que es un muy buen resultado si pensamos que vienen con vacíos muy grandes de formación", dice Francisco Javier Gil, director del Bachillerato en Ciencias y Humanidades de la Usach.
SÍ SE PUEDE:

El ejemplo de María Soledad y sus compañeros toma fuerza con el reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Banco Mundial acerca de la Educación Superior, donde, entre otros puntos, se cuestiona la inequidad en el acceso a la educación superior y el papel que en ella cumple la PSU como único indicador.
"Esto le plantea al país la necesidad de revisar el sistema unidimensional de ingreso a la universidad. No cuestionamos la PSU ni queramos eliminarla, pero creemos que no debe ser el único método y que cada plantel debería diseñar sus sistemas de acuerdo con su realidad", sostiene Francisco Javier Gil.Y dice que aunque al grupo de jóvenes de Liceos Prioritarios le ha ido igual o mejor que al resto de sus compañeros, no habría tenido una oportunidad por la vía tradicional de selección.
"Yo en el colegio era uno de los mejores, pero me saqué 450 puntos en la PSU. No tenía para pagarme un preuniversitario y nos cambiaban al profesor de matemáticas a cada rato, así que había muchas materias que no había visto", dice Diego Flores.
Lo mismo le pasó a Pablo Bugueño. "Los primeros meses en la universidad fueron súper difíciles. A veces yo pienso que necesito trabajar, pero en mi familia me dicen que no me preocupe y que estudie", cuenta.
Nivelación:
Si bien la Usach había dado cupos a jóvenes de contextos vulnerables anteriormente, a poco andar fracasaban académicamente y se retiraban. A juicio de Francisco Javier Gil, lo que motivó los buenos resultados de este año es el incorporar los cursos de nivelación previa (técnicamente llamados propedéuticos). Durante cuatro meses los jóvenes debieron asistir todos los sábados a reforzamientos especiales en Lenguaje, Matemáticas y Gestión Personal, donde se trataban temas como la responsabilidad, el esfuerzo y la determinación.
Otra de las claves fue incorporarlos a un programa único de Bachillerato, donde pudieron vivir una etapa de transición, crear redes de apoyo y explorar sus vocaciones."438 puntos en la PSU obtuvieron los estudiantes del programa especial de la Usach, unos 200 menos que el ingreso a Bachillerato en condiciones normales. Los que entraron este año promedian los 482".
"Las brechas de equidad parecen ensancharse durante el proceso de admisión a la educación superior, que depende en gran parte del desempeño en la PSU". Informe Banco Mundial-OCDE sobre la educación superior chilena (2009).
(Fuente: Diario El Mercurio 20/abril de 2009)